Todos los que nos dedicamos a la navegación estamos familiarizados con ese momento en el que nos descalzamos y pisamos una cubierta de teca inmaculada; es lo primero con lo que entran en contacto nuestros ojos, y muy a menudo nos hace formarnos una opinión instantánea sobre las características de construcción del yate.
Sin embargo, con la atención que se presta hoy en día a todo lo relacionado con el medio ambiente, la influencia negativa de la humanidad sobre la madre naturaleza y la necesidad vital de preservar los bosques que capturan el carbono, hay que decir que el uso de la teca y otras maderas tropicales en las variadas formas de construcción está sufriendo un gran retroceso.
A bastantes personas no les gustan las cubiertas de teca porque, digan lo que digan, se ensucian, y además la sostenibilidad de la teca está abierta al debate.
En efecto la teca natural de primera calidad procedente de los bosques se ha convertido en una especie amenazada.
Los densos bosques de madera dura de las regiones tropicales de Asia pueden tardar entre 80 y 100 años en alcanzar la madurez según la FAO y ahora están ahora tan agotados que la fuente se está secando literalmente.
Alternativas a la madera de teca
No es de extrañar que esta escasez, junto con la preocupación por el medio ambiente, haya fomentado el desarrollo de bastantes alternativas a las tarimas de madera de teca.
Madera convencional lignificada
Los cortes de esta madera blanda aserrada en cuartos se diseñan para mejorar su durabilidad mediante un proceso de «ligniaficación». En pruebas independientes, se ha demostrado que el material iguala o supera las propiedades de la teca birmana, y que puede resistir el deterioro por hongos y la podredumbre durante al menos 60 años de servicio.
La madera tiene un peso y unas características de adherencia comparables a las de la teca, y se le pueden aplicar revestimientos superficiales si es necesario. Además, sus propiedades de duración pueden permitir a los constructores de barcos reducir el grosor de la cubierta, con lo que se ahorra peso y se reduce el consumo de combustible, según los fabricantes.
El corcho, una solución sostenible
El simple corcho puede ser un serio aspirante a una cuota creciente del futuro mercado de cubiertas para barcos, así el catamarán R4 de Vaan Yachts, con sede en los Países Bajos, se presentó como un yate construido de forma sostenible con materiales reciclados y de origen biológico, y con cubiertas de corcho con certificación FSC.
Destacando esta solución como una opción más ligera, aislante, resistente y con buenas propiedades antideslizantes.
La corteza del árbol puede retirarse cada 7 años, sin impedir que siga creciendo y que produce un material resistente al fuego, antibacteriano y altamente aislante del sonido y la temperatura.
Los productos comerciales fabricados en un 90 – 95% de corcho natural, y reforzados con un 5 – 10% de aglutinante de poliuretano, están empezando a abrirse camino. El material en láminas se forma bajo compresión, por lo que la saturación cierra los microporos y produce un compuesto resistente al agua de mar .
Las cubiertas sintéticas el material alternativo más usado
En 2014, Flexiteek lanzó su cubierta de teca sintética «2G» (segunda generación) tras dos años de desarrollo.
Su objetivo era mejorar las propiedades térmicas y de reflexión del calor del material (para que se pueda caminar descalzo sobre él), hacerlo más ligero para su uso en yates de alto rendimiento y que fuera totalmente reciclable al final de su vida útil.
El producto está disponible en una amplia gama de colores, efectos de vetas de madera simuladas y combinaciones de líneas de calafateo.
Es sin duda una estupenda elección y además cuenta con un precio contenido y unos acabados de muy alta calidad.